Contexto
Durante este periodo la contingencia impuso irremediablemente su orden y ritmo. Mis actividades se adaptaron a las circunstancias y gradualmente el trabajo, las pinturas, los dibujos, se fueron manifestando en un tenor más introspectivo e íntimo y, como consecuencia, las pinturas de mediano y gran formato cedieron a formatos más pequeños y soportes alternativos al lienzo y bastidor.
Fueron tiempos de encierro y de pandemia. En los momentos más críticos vivimos en Chile 7 meses y 210 días continuos confinados en nuestros hogares.
Al no poder ir a mi taller decidí transformar el segundo dormitorio de mi vivienda en un improvisado lugar de trabajo. Aunque algo abarrotado, me fui adaptando lentamente a las circunstancias: una habitación de doce metros cuadrados; de este modo se sumaron a mis rutinas diarias la escritura y el dibujo sobre papel, experiencias y registros que dejarían una riqueza de material para trabajar en el futuro.